LA IGNORANCIA MATA

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Peligrosos problemas de diseño


ciencia

Argentina: 

La central atómica de 

Atucha II no cumple 

normas “post Chernobyl”

 

Un intenso debate domina la actividad nuclear argentina. Un estudio de la Autoridad Regulatoria Nuclear, hasta ahora confidencial, al que accedió PERFIL, advierte que la demorada central atómica de Atucha II tiene dificultades de diseño en materia de seguridad, ya que no asume la experiencia dejada por el accidente de Chernobyl en 1986. El diseño de la central, cuyas obras fueron puestas nuevamente en marcha por el presidente Kirchner, es anterior al accidente, y nadie se hace cargo de reformar el proyecto. Hacerlo superaría el presupuesto de US$ 700 millones. Escándalo internacional.

 

Por Martin de Ambrosio / Alfredo Ves Losada

Perfil - 2 septiembre 2007

 

 La presidenta Kirchner inaugura la planta en 2011

 

A los tumbos. Atucha II lleva casi tres décadas en construcción, pero su diseño es obsoleto y técnicos argentinos y extranjeros lo cuestionan. Sin embargo, existe decisión política como para que se termine como sea.

 

No siempre alcanza con la decisión política para que un proyecto llegue a buen puerto. Más aún si se trata de una cuestión tan delicada como la energía atómica. A pesar de que el Gobierno nacional tiene el propósito de inaugurar hacia 2010 Atucha II, la tercera central nuclear argentina, después de Atucha I y Embalse de Río Tercero, existe una serie de problemas técnicos. Un informe interno de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) señala puntos oscuros que impedirían su funcionamiento de acuerdo a las normas internacionales de seguridad establecidas después del accidente en Chernobyl, en abril de 1986.
La ARN es el organismo que decide sobre qué se puede hacer y qué no en el área. El memorando en cuestión fue elaborado el 11 de abril de este año y generó una serie de respuestas de parte de la empresa estatal que maneja las centrales, Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NaSa). Pero nada en concreto sobre el fondo de la cuestión.
El problema fundamental de Atucha II es que fue diseñada en los 70 y que se comenzó a construir en 1980. Treinta años después, la Argentina aún no pudo terminar las obras, ya que estuvo totalmente paralizada entre 1984 y 1992, y desde 1994 hasta la asunción de Néstor Kirchner.
El diseño actual no contempla qué sucedería si uno de los caños que llevan combustible radiactivo se rompiera enteramente. Apenas si tiene en cuenta un daño del 10% de la superficie, uno de los puntos aggiornados por la normativa internacional desde el diseño original.
“Con el correr de los años, y después de Chernobyl, la IAEA, el ente internacional que regula la actividad, se puso mucho más exigente. Salvo que haya presiones en la ARN es imposible que se apruebe”, relató un especialista del área refiriendo a las obras en curso.
“Si se rompe un caño se vacía el ‘tacho’ o recipiente de presión de la central, que está cargado con agua pesada. Lo peor que podría pasar es que se saliera todo el combustible gasificado.” En síntesis, hay normas que hoy no se están cumpliendo.



Mutis. Y eso lleva a un problema anexo: en el caso de rediseñar la central, habría que buscar quién lo haga. Siemens, empresa que realizó el mentado diseño original, ya casi no se dedica a temas nucleares. Y NaSa jamás hizo algo así. “NaSa no está en condiciones de rediseñarla”, dijo una fuente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en estricto off the record.
“Así como está diseñada, Atucha II no podría funcionar ni en Canadá, ni en Alemania, ni en los EE.UU.”, enumeró otro técnico. Y agregó que los problemas de seguridad son numerosos y van más allá de lo señalado en el informe de la ARN. “El principal es el extrañísimo sistema de apagado: comienza a apagarse pero luego se inicia de nuevo... es muy raro, como un freno que frena pero sólo un poco. Hace falta otro sistema”, recalcó.
Los expertos se quejan de que no son oídos sus dictámenes. Y afirman: “Otro problema es que, en vez de cambiar el sistema, siguen avanzando (en la construcción). Las autoridades de la CNEA y de NaSa convencieron al Gobierno de que se puede seguir construyendo así, pero lo cierto es que muchos profesionales ya advertimos de este problema. Además, se nos presiona laboralmente para que dejemos de hablar del tema”.
No sólo los científicos locales son afectados, en una situación que algunos ya comparan con la de los empleados del INDEC. Se ha presionado a disertantes extranjeros. “Vinieron expertos de los EE.UU., y cuando plantearon sus dudas les cortaron la presentación: fue a fines de 2006 en un seminario de NaSa. Por suerte la ARN no entró en este juego”, contó otra fuente. La situación es delicada para los expertos de la CNEA, lo que también explica que prefieran no dar a conocer públicamente sus nombres. Y es entendible: ¿De qué podría trabajar un físico nuclear argentino en su país sino allí?
Voz oficial. El informe de la ARN también expresa la urgencia con que se necesita un rediseño de Atucha II en vista de estos problemas. Pero no hay a la vista ninguna empresa con experiencia que pueda hacerlo.
Respecto del hipotético pedido de NaSa para hacerse cargo de ese rediseño, Nicolás Riga, responsable en la ARN para la licencia de Atucha II, aseguró: “No creo siquiera que se atrevan a pedir semejante cosa”. Y fue claro: “Deberán buscar a alguien competente para que lo haga. Si no, nosotros o en última instancia la IAEA impediremos que comience a funcionar”.
De todos modos, Riga remarcó que todavía se está a tiempo de tomar decisiones correctas. “Son cosas factibles de hacer”, minimizó. “Pero requieren un amplio replanteo y de más presupuesto. Hace casi un año se le informó a NaSa de los estándares actuales de seguridad.”
Y no es todo lo que sucede en el avispero nuclear. Además de las acusaciones cruzadas sobre supuestas mafias, hay al menos cuatro causas penales instruidas por jueces federales, en relación con manejos de fondos por parte de Dioxitek, la empresa que administra el combustible para las centrales, cuyos responsables no quisieron hablar.
PERFIL buscó también a los representantes de NaSa para que expresaran sus puntos de vista. Su presidente, Eduardo Messi, atendió su celular desde China, pero se excusó de opinar diciendo que estaba descansando (era la madrugada local). En tanto que José Luis Antúnez, su vicepresidente, tampoco respondió los llamados de este diario.
Es que la decisión política de finalizar la central para sumar megawatts al endeble sistema eléctrico nacional hizo que un notable flujo de dinero se destinara eso. Algo que llevó a un nuevo inconveniente. Según informes reservados (corroborados por científicos que hablaron con PERFIL), los US$ 700 millones presupuestados no alcanzarían para finalizar la obra. Ni siquiera en las precarias condiciones actuales. El mismo informe, de una firma francesa, señaló la necesidad de revisar aspectos del núcleo del reactor (además de insistir sobre la seguridad).
“En la CNEA hay malestar y mal manejo, con grandes conflictos entre el presidente (José Abriatta) y el gerente general (Rubén Calabrese)”, explican los técnicos citados. “El tema es que lo más barato es terminar la central tal cual fue diseñada. Sería mucho más caro cambiar componentes y equipos. Por lo menos un 50% más.” Y se preguntan: “¿Por qué seguir con una construcción que tarde o temprano deberá replantearse?”


EL TAMAÑO DEL DISPARATE

Por Juan Carlos Villalonga

En el pasado mes de agosto el Gobierno Nacional, a través de sus principales representantes, asistió a una nueva “inauguración” y relanzamiento de un plan de obras e inversiones en la nunca finalizada central atómica de Atucha II. Un acto recurrente, repetido por todas las administraciones nacionales desde 1984 hasta hoy.
Desde entonces, cada nuevo gobierno hizo, a su modo, sus propias promesas al tiempo que se disponían nuevos gastos en el sector, otorgándole a Atucha II y al sector nuclear, una condición de actividad “estratégica” de Estado que, sin más argumentos que este, convalida cualquier decisión e inhibe todo tipo de debate.
Como sociedad podemos discutir, y así se lo hace, desde las condiciones de funcionamiento de una refinería de petróleo a una planta de celulosa o la construcción de un gasoducto. Ahora, pretender discutir la racionalidad de continuar con Atucha II supone la difícil tarea de perforar un blindaje conformado por conceptos tales como “proyecto emblemático”, “sensible y de carácter estratégico” y otros similares. Esta asociación de Atucha II con una cuestión de alta sensibilidad en materia política y estratégica ha prendido en la inmensa mayoría de la dirigencia política nacional. Lo nuclear, lamentablemente, sigue generando una dosis de fascinación en la dirigencia política que permite adoptar las decisiones más disparatadas en términos económicos, energéticos y ambientales.
Esta historia arranca casi 30 años atrás. La decisión de construir Atucha II, la tercera planta atómica de la Argentina, fue adoptada durante la dictadura militar en los últimos años de la década del ’70, como parte de un plan de desarrollo atómico que hoy ya no existe. Cuando el Presidente Néstor Kirchner presentó a comienzos de 2004 su plan energético, Greenpeace señaló que debía tenerse en cuenta que la decisión de construir Atucha II fue adoptada dentro de otro marco político, señalando en ese entonces lo “notablemente diferente del contexto energético y tecnológico a más de dos décadas de diferencia”.
Precisamente ese diferente contexto tecnológico es lo que de manera elocuente fue señalado en el artículo publicado por el diario Perfil el 2/9/07, donde se indica que el diseño de Atucha II es absolutamente impropio en la era post-Chernobyl, etapa en que la revisión de diseños y mejoramiento de los sistemas de seguridad tuvieron una enorme inversión y desarrollo. Según el artículo, especialistas del sector, admitieron que Atucha II tiene dificultades de diseño en materia de seguridad ya que no asume la experiencia dejada por el accidente de Chernobyl en 1986.
Los contratos para la construcción de Atucha II fueron firmados en mayo de 1980 y ratificados por la Junta Militar en julio de ese año. Las obras comenzaron en marzo de 1981 y alcanzaron casi su estado actual de avance durante los años 1982 y 1983. La decisión de construir Atucha II fue claramente parte de un programa nuclear cuyo objetivo central era político y militarista, no un programa energético. Cuando acaba el gobierno militar, a finales de 1983, comienzan los problemas para continuar esta obra.
La propia decisión tecnológica para Atucha se fundamentó en razones de estrategia de negocios de la dictadura militar, eso motivó la elección de la Siemens KWU para construir un reactor, cuya única experiencia en Alemania había sido un prototipo de 57 MW que funcionó desde 1966 hasta 1984 y en Atucha I. Esa línea tecnológica fue desarrollada por Siemens y utilizada comercialmente por Argentina únicamente.
Para complicar las cosas, Siemens, el diseñador original del proyecto, abandonó el negocio nuclear hace años y ahora no existe un proveedor que pueda hacerse cargo de su finalización. Quienes acordaron con el Gobierno hacerse cargo de ese complejo paquete es la canadiense AECL, que no tiene experiencia alguna en reactores como Atucha II, pero lo hará porque ya negoció la venta de un par de nuevos reactores canadienses al Gobierno Nacional.
Atucha II ha significado un inmenso agujero por el que se han ido miles de millones de dólares, y lo seguirá siendo mientras siga vigente esta anacrónica fascinación por lo nuclear. Las estimaciones de los gastos en la inconclusa obra rondan los 4.000 millones de dólares. Además todos estos años de parálisis han implicado un costoso sistema de mantenimiento que totaliza unos 25 millones de dólares anuales. Si se quiere finalizar la obra, para empezar hay que colocar otros 700 millones de dólares, bastante más de los 430 millones anunciados en el 2004. Y las cifras no pararán de crecer, si sumamos las inversiones en el mantenimiento del ciclo del combustible nuclear (desde minería hasta la gestión de los residuos radiactivos) contabilizar todas esas actividades mostraría el tamaño del disparate económico del que estamos hablando.
Los gastos de Atucha II formaron parte de una serie de desmesuras cometidas dentro del denominado Plan Nuclear Argentino durante la dictadura militar y que produjeron que a fines de 1983 la deuda externa contraída por la CNEA representase el 13% de endeudamiento del país. Concluir el proyecto significa aumentar ese desatino y asumir un temerario riesgo tecnológico al no contar siquiera con los proveedores originales.
El costo de cada kilovatio instalado rondará la cifra de 6.000 dólares, una de las centrales eléctricas más caras del planeta. Si se lo compara con otras opciones convencionales o con iniciativas energéticas renovables y limpias, como la energía eólica, las comparaciones muestran la magnitud del error. También se ha dicho que finalizar la planta es más barato que cerrarla. No es verdad, los costos de cerrar el proyecto fueron sobrestimados por la CNEA para alcanzar una cifra similar a su terminación y así forzar la continuidad de las obras, pero terminar Atucha II sale por lo menos unas 20 veces más que cerrar el proyecto.
Atucha II es un proyecto equivocado, de alto riesgo, caro, tecnológicamente obsoleto, un pesado legado de la dictadura militar. Querer reflotar este proyecto a raíz de la crisis energética es un error, hay modos mucho más eficaces de encarar la crisis y de invertir el dinero del Estado. Es preciso hacer un giro en las inversiones. No podemos seguir subsidiando tecnologías peligrosas y con escaso futuro mientras que las energías renovables no poseen ningún tipo de apoyo. Aún el reciclado de la obra eléctrica y civil de Atucha II para convertirla a gas, hubiera resultado un modo más eficaz y rápido de tener energía de un modo más barato que las plantas térmicas que hoy se están construyendo. Si prevaleciera el criterio de producir energía del modo más eficiente, más limpio y con mayor potencial a futuro, no deberíamos distraer un solo centavo más en la vía nuclear.
 
MAS INFORMACION EN: www.energiaslimpias.org.ar

domingo, 25 de septiembre de 2011

París tapa el origen radiactivo del accidente de Marcoule

Contrariamente a la versión oficial, la víctima estaba irradiada. Su ataúd llevaba un blindaje especial antirradiactivo y la familia no se pudo acercar al cadáver

ANDRÉS PÉREZ Enviado especial a Marcoule 18/09/2011  Publico.es

Interior de las instalaciones de Marcoule, en las que se produjo el accidente mortal.-

Interior de las instalaciones de Marcoule, 

en las que se produjo el accidente mortal.-AFP

Tras el accidente del lunes en un horno radiactivo del complejo nuclear civil y militar de Marcoule, un portavoz del gigante eléctrico EDF afirmó que se trataba de un incidente "industrial, no nuclear". A su vez, el ministro francés de Industria, Eric Besson, afirmó tajante que no había "ningún riesgo radiactivo". Según las informaciones recabadas por Público, sobre el terreno lo que ocurre es exactamente lo contrario: la familia no ha podido ni acercarse al cadáver irradiado del empleado que falleció en el accidente, al que no se ha hecho autopsia; el ataúd que velaron sus familiares y amigos y que fue sepultado ayer llevaba un blindaje interno antirradiactivo; y al hangar accidentado, hoy precintado, sólo entran gendarmes especializados con las combinaciones de protección.
Ayer se celebraron en el municipio de Chusclan, los funerales en memoria de José Marín, el empleado de 51 años y de origen español que falleció en el acto al estallarle de lleno, el lunes, lo que el fiscal del caso ha calificado de "volcán en erupción": cuatro toneladas de chatarra radiactiva en fusión que estallaron en el horno de la firma Socodei, la filial de EDF que opera la planta Centraco, unidad de incineración, fusión y acondicionamiento de desechos de Marcoule.
Los habitantes de la zona no están de acuerdo con la versión del Gobierno
El Gobierno francés y EDF, amparándose en mediciones efectuadas en torno a la central, han afirmado que no hay radiactividad en la zona, e incluso han defendido públicamente la idea de que no se puede hablar, ni siquiera, de accidente nuclear.
Pero la gente de esta región no está de acuerdo con la versión oficial. Los habitantes de esta zona llevan 50 años hablando de puertas adentro y en familia de los casos de cáncer entre profesionales del complejo y de los riesgos de la radiación.
Todos hablan. Incluidos los gendarmes locales, con los que pudo conversar Público esta semana. "Afortunadamente, tenemos una comandancia de sector que nos protegió, nos dio orden de no entrar, y esperar a nuestros colegas especializados de las unidades de riesgo Nuclear-Radiológico-Bacteriológico-Químico (NRBC)", explica uno de los primeros guardias que llegó al accidente, el lunes hacia el mediodía.
El cuerpo de José Martín fue extraído por gendarmes especializados
Fuentes de la investigación judicial por "homicidio involuntario y heridas causadas involuntariamente", a cargo de la gendarmería especializada y dirigida por tres jueces de instrucción, indicaron a este diario que el cadáver de José Marín "permaneció en el interior del hangar más de 48 horas (hasta el miércoles por la noche), con la metralla radiactiva en el cuerpo".
Confirmaron que el cadáver fue extraído por gendarmes de unidades NRBC de París y Marsella, y que se obtuvo autorización de la Fiscalía para no proceder a la autopsia. Y, por último, confirmaron igualmente que el ataúd que fue entregado a la familia, y que fue velado en la iglesia de Chusclan desde el viernes, iba sellado y con una "protección antirradiactiva ligera" en su interior. Así, nadie habrá visto ni efectuado mediciones en el cuerpo del difunto.
"La única manera de poder exponer el cuerpo hubiera sido efectuar en él previamente una operación de descontaminación, impracticable de facto porque conllevaría fundir el cadáver en sí", explica uno de los gendarmes responsables de la investigación, intentando dar a entender el sinsentido de la situación.
Nadie ha podido efectuar mediciones de radiactividad en la víctima
Así, el primer secreto que esconden las declaraciones tranquilizadoras de EDF y del Gobierno francés se refiere al propio cuerpo del trabajador fallecido, sepultado ayer.

Implicación militar

El segundo secreto reside en el cuerpo del herido grave, un joven trabajador de la planta que también se llevó el impacto, aunque menos directo y menos masivo, de la metralla en fusión a 1.300 grados. Se encuentra entre la vida y la muerte, con quemaduras de tercer grado en el 85% de su cuerpo. Fue extraído del hangar el lunes por un grupo de bomberos que se jugó la vida, y que no pudo rescatar entonces al fallecido.
El joven, en estado crítico, fue trasladado de inmediato a la unidad especializada del Centro Hospitalario Universitario de la vecina Montpellier. Tras ser estabilizado fue trasladado a un centro militar, el de Percy Clamart en la región de París. Es, efectivamente, uno de los mejores de Francia en el tratamiento de quemados, pero su característica fundamental es otra: depende del Estado Mayor de los ejércitos.
El tercer secreto, más inquietante, es la no revelación del contenido de la chatarra que estaba siendo incinerada y que había dado lugar a varios incidentes la semana precedente al accidente. Pese a las preguntas insistentes de Público, desde ya antes de la apertura del sumario judicial, la dirección de Socodei Centraco se negó a explicar quiénes eran los clientes cuya basura radiactiva era incinerada en ese momento.
Por otra parte, las autoridades se han negado a revelar el resultado de los análisis de los filtros y sensores situados en la chimenea del horno accidentado, antes, durante y después de la catástrofe. Esos datos permitirían indirectamente conocer la naturaleza de la chatarra que estaba siendo incinerada, y por lo tanto su naturaleza civil o militar.
Según un informe de la Oficina Parlamentaria de Evaluación de Opciones Científicas y Tecnológicas (OPECST) de 1997, el horno accidentado entonces en fase de construcción estaba predestinado a incinerar prioritariamente la inmensa cantidad de desechos que en encuentran en el propio complejo de Marcoule, resultado de las actividades, principalmente militares, que han tenido lugar allí desde 1958.
Nada menos que tres reactores productores de plutonio para las bombas (G1, G2, G3), una fábrica de acondicionamiento de ese explosivo nuclear (UP1) y reactores productores del tritio para las bombas (Celestin) han generado 4.000 toneladas de lingotes de chatarra radiactiva, 4.000 toneladas de acero irradiado, 2000 toneladas de plomo irradiado y 1.100 toneladas de hormigón irradiado, además de 553 toneladas de cenizas y actinidas menores, productos de la fisión altamente tóxicos.
El 26 de mayo de 2009, la misma Oficina Parlamentaria evocó que el horno de Socodei, que trabajaba a destajo, se había quedado pequeño y que "habría que trabajar en un proyecto de horno de fusión de mayor capacidad", dada la llegada masiva de más de 130.000 nuevas toneladas de chatarra radiactiva, originada por más desmantelamientos que amenazan con provocar un embotellamiento en el país más nuclearizado del mundo.
En este sentido, la frecuencia de accidentes laborales en el horno radiactivo accidentado se disparó a partir de 2008, según el informe de actividad 2010 del Consejo de Administración de Socodei.
Desde diciembre de 2010, se han producido dos huelgas del personal para reclamar, entre otras cosas, más seguridad, y la marcha atrás en un proyecto de reorganización destinado a ahorrar tres millones de euros.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Estallido en Francia: ¿"no hubo radiación"?

Un equipo de seguridad mide la radiación en el exterior de la central. | Efe

FRANCIA | En el sureste del país

Un muerto y 4 heridos tras una explosión en una nuclear francesa

Las autoridades advirtieron inicialmente de riesgo de fuga radiactiva
  • Después, dieron el accidente por 'terminado'. 'No supone problema radiológico'
Una fuerte explosión ha tenido lugar este lunes a las 11.45 horas en la planta nuclear de Marcoule, al sur de Francia, según las autoridades galas, que hablaban en un primer momento de peligro de fuga radiactiva, para después precisar que la situación está bajo control. Apenas cuatro horas después, anunciaban que el "accidente ha terminado".

"Este accidente no supone un problema radiológico ni [requiere] acción de protección de las poblaciones", ha anunciado la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) en un comunicado, precisando que "suspende su organización de crisis".

En el suceso ha fallecido una persona, que ha quedado completamente carbonizada, y otras cuatro se encuentran heridas. La instalación se encuentra a 230 kilómetros de territorio español. De ahí que la red española de control radiactivo hiciera público esta tarde un mensaje de tranquilidad, asegurando que no había detectado ninguna variación en sus medidas de radiactividad.

El incidente se habría producido en un horno de la central, perteneciente a Centraco (filial de EDF), donde están actuando los bomberos. Debido al suceso, EDF ha perdido un 7% en la Bolsa de París.

[foto de la noticia]

Según las primeras informaciones, se produjo un incendio en la zona de desechos radiactivos, lo que condujo a la explosión.

Los gendarmes franceses han acordonado la zona y establecido un perímetro de seguridad. Un portavoz de la comisión de la energía atómica francesa ha insistido en que no se puede hablar de fuga radiactiva y que hay que tener en cuenta que en esta planta no hay reactores en activo como en las golpeadas centrales de Fukushima y Chernóbil.

De los cuatro heridos, uno se encuentra de gravedad y los restantes han sido ingresados en el hospital de Bagnols-sur-Cèze.

Los vecinos de las localidades cercanas a Marcoule aseguran que no han establecido ninguna medida de seguridad extra en sus calles.

Por su parte, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) asegura que está pidiendo información de lo ocurrido a las autoridades francesas.

Mensaje de tranquilidad

 

La ASN y la EDF han hecho público sendos comunicados en el que aseguran que no hay que temer a fugas radiactivas o químicas en el exterior. "Se trata de una explosión en un horno que sirve para fundir los desechos radiactivos metálicos de débil o muy débil actividad", se puede leer en el comunicado de la ASN. Por su parte, la EDF insiste en que el accidente "es industrial y no nuclear".

"En este tipo de horno, hay dos tipos de desechos: metálicos y combustibles", precisó EDF. "Y el incendio que se produjo ya está controlado", culminó.

Según informa 'MidiLibre', la ministra francesa de Medio Ambiente, Nathalie Kosciuscko-Morizet, ha llegado a las 17.15 horas a la siniestrada planta nuclear para realizar "una precisa evaluación de los eventuales impactos radiológicos del accidente", en palabras de su Ministerio.

"Hasta ahora, no ha sido detectado ningún impacto en el exterior", añade la misma fuente, que señala que "el edificio ha permanecido intacto".


¿SE LES PUEDE CREER?



RENACE INFORMA

RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA de la Argentina

12 de setiembre 2011

EXPLOSION EN COMPLEJO NUCLEAR FRANCES

Un muerto y cuatro heridos en una explosión 
en un complejo nuclear en Francia

Al menos un muerto y cuatro heridos son el saldo declarado por la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) francesa a causa de la explosión ocurrida a las 11.45 hora local de hoy en el almacén de desechos nucleares de Marcoule, junto al río Ródano y no lejos de la ciudad de Orange, en el departamento de Gard, al sur de Francia, a apenas 230 kilómetros de territorio español, y a 370 kilómetros de Barcelona.

Tal como en Chernobyl o en Fukushima, de inmediato aseguraron que no existe ningún riesgo de fuga radiactiva. Sin embargo, los gendarmes franceses han acordonado la zona y establecido un perímetro de seguridad.

La explosión se produjo en uno de los hornos en los que se tratan los residuos de baja actividad de la empresa  Centraco.  La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) ha pedido que se le informe sobre el accidente nuclear, anunció el director general del organismo, Yukiya Amano, en rueda de prensa.  El centro de incidentes de la AIEA, aseguró, se ha "activado de inmediato" y "en estos momentos lo que interesa es la información", agregó.

El complejo de Marcoule es uno de los sitios de tratamiento de residuos nucleares más antiguos de Francia, justamente adonde se realizaron hace muchos años los primeros experimentos con plutonio para la carrera militar. La central de Marcoule, construida en 1956, almacena los residuos de la experimentación militar encaminada a construir la bomba atómica francesa y reactores experimentales como los fénix y los "ungg", de grafito. 
Francia es el país más nuclearizado de Europa. Luego del accidente de Fukushima hace apenas seis meses, ha mantenido su postura nuclear. Por el contrario, países como Alemania e Italia han paralizado su desarrollo.

El responsable de la campaña nuclear de Ecologistas en Acción, Francisco Castejón, ratificó sobre Marcoule que es un complejo de tratamiento de residuos y de investigación, donde además se desarrolla el programa francés de reciclaje de residuos radiactivos. "Son actividades muy contaminantes y de una peligrosidad de la que ya habíamos alertado", declaró Castejón, físico nuclear e investigador.
Según Castejón, este incidente "viene a darnos la razón" y "pone en entredicho el programa reciclado de combustible" nuclear en el que se fundamenta la industria.

La persona fallecida ha quedado completamente carbonizada. Las otras cuatro se encuentran seriamente heridas, siendo ingresados en el hospital de Bagnols-sur-Cèze. Los vecinos de las localidades cercanas a Marcoule aseguran que no han establecido ninguna medida de seguridad extra en sus calles. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está pidiendo información de lo ocurrido a las autoridades francesas.

El presidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha activado los dispositivos políticos, administrativos y técnicos para el seguimiento del accidente nuclear, y está en permanente contacto con el Ejecutivo francés para conocer los detalles y el alcance de la explosión. El gabinete de crisis español  está alertado para el caso de que debiera reunirse para evaluar las medidas necesarias si se registrara una fuga.

            Cataluña se declara en prealerta por el accidente nuclear. La Generalitat ya sigue al minuto la evolución del suceso, y la dirección general de Protección Civil ha activado el plan de protección PROCICAT en fase de prealerta preventiva tras la explosión.

ESCANDALO NUCLEAR EN 2008

En 2008 La Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) francesa detectó vertidos radiactivos de la fábrica del gigante nuclear francés Areva, en Roman-sur-Isère, en el mismo departamento del sureste de Francia donde en julio de ese año, hubo hubo un vertido accidental de 74 kilos de uranio, a aguas corrientes.
            El ministro francés de Ecología, Jean-Louis Borloo, habia  prometido una revisión total de las prácticas de seguridad en las instalaciones nucleares, tras admitir los dos vertidos.
            El problema en Tricastin, más allá de ese vertido y de la contaminación detectada en varias capas freáticas de las zonas limítrofes del complejo, es que la citada empresa, Socatri, no dio el aviso del vertido hasta unas horas después de que se produjera. La empresa admitió que "la falta de coordinación" entre sus equipos de trabajo y explotación estaban en el origen del incidente.
           


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Argentina: Contra corriente en energía nuclear




Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, sep (IPS) - Mientras que la tendencia en el mundo industrializado es frenar los planes de desarrollo de energía nuclear a raíz del siniestro del 11 de marzo en Japón, en Argentina se incrementa la capacidad de las centrales existentes y se erigen nuevos reactores.
Alemania y Suiza pusieron un plazo fijo a sus centrales, un plebiscito en Italia mostró un extendido rechazo a esta tecnología y en Francia consideran disminuir las inversiones en el sector.

Pero eso está lejos de ocurrir en Argentina. El gobierno de Cristina Fernández firmó en la última semana de agosto contratos para prolongar la vida útil de una de las dos centrales existentes en el país, anunció que está próximo a inaugurar la tercera y promete una cuarta para antes de 2020.

Todo a pesar de que la mayoría de los argentinos, aunque no lo expresa activamente, está en contra de seguir invirtiendo en esta tipo de energía cara y de riesgo, según una encuesta encargada este año por el capítulo local de Greenpeace.

El sondeo dio que 66 por ciento de los argentinos consultados consideran la energía nuclear "peligrosa" o "muy peligrosa", 74 por ciento sostiene que se debería eliminar esta opción de la matriz energética y solo 16 por ciento quiere incrementarla.

En diálogo con IPS, el ingeniero Ernesto Boerio, de Greenpeace, recordó que el plan nuclear, que estuvo parado en los años 90, se reflotó en 2006 y se expande vigoroso pese al impacto del sismo y posterior tsunami de marzo en las centrales japonesas de Fukushima.

"Por necesidad de electricidad, el gobierno avanza en todos los frentes, pero es que en Argentina el sector nuclear tiene su peso, su poder, y logra seguir incidiendo sobre la dirigencia política para mantener las inversiones", remarcó.

Argentina es uno de los tres países latinoamericanos junto con Brasil y México que pudo desarrollar un programa nuclear y aunque ese proyecto hoy tiene fines pacíficos nació bajo la órbita militar con la idea de dominar la tecnología.

Desde 1974 opera en el país Atucha I, en la oriental provincia de Buenos Aires y a solo 100 kilómetros de la capital del país, con una potencia de 370 megavatios (MW), y desde 1984 está en funciones Embalse, en la central provincia de Córdoba, que aporta 648 MW.

En la década del 90 se estancó el plan, pero en 2006 se retomó la obra interrumpida de Atucha II, que quedará inaugurada en 2012 y que aportará 745 MW. Además, se está en tratativas para una cuarta central que proveerá de 1.000 MW para 2020.

En la actualidad, el aporte de energía nuclear a la matriz eléctrica argentina es de entre cinco y siete por ciento. Con Atucha II, situada junto a la I, llegaría a 12 por ciento. Hay además un nuevo prototipo de reactor diseñado en Argentina, el Carem.

El Carem es pequeño, de 50 MW, y de investigación, pero según Boerio podría escalar para convertirse en una central. En este contexto, el gobierno acaba de suscribir acuerdos para prolongar la vida útil de Embalse y aumentar su potencia.

El Ministerio de Planificación Federal y los organismos gubernamentales del sector se comprometieron a invertir 1.366 millones de dólares, 440 millones de los cuales son contratos con firmas extranjeras, para extender la vigencia de Embalse.

La iniciativa indignó a la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), con sede en Córdoba, donde se sitúa Embalse. La organización denunció que la decisión del gobierno es "ilegal", según sintetizó a IPS su director, Raúl Montenegro.

"Además de no hacer el estudio de impacto ambiental correspondiente, no hubo ningún tipo de consulta ni audiencia pública. Parece que ese tipo de herramientas de control están de adorno cuando se trata de energía nuclear", subrayó.

Para este activista, que recibió el llamado premio Nobel Alternativo en 2004, "el programa nuclear argentino sigue teniendo el mismo componente de autoritarismo y de secreto con el que nació durante gobiernos militares".

"Es como si la democracia no hubiera llegado al área nuclear. En lugar de que los organismos nucleares se democraticen, lograron convencer a los gobiernos constitucionales de mantener procedimientos secretos y no consultar", denunció.

Montenegro no descarta que haya funcionarios que crean de buena fe en la energía nuclear como símbolo del desarrollo, pero señaló que no hay ninguna relación entre el "raquítico" aporte de cinco o siete por ciento de electricidad y el costo que tiene el programa.

"En Argentina, el desarrollo nuclear no nació con la idea de producir electricidad", advirtió, y sostuvo que no solo el gobierno "se dejó convencer por el lobby nuclear sino que la sociedad no tuvo un debate amplio sobre este tema".

Para el activista, Embalse es particularmente peligrosa por estar sobre una falla donde se registraron sismos de diversa magnitud en el siglo XX. Además recordó que la central tuvo múltiples incidentes por fallas de diseño en los reactores.

No obstante, no es solo la usina lo que preocupa sino los depósitos de combustible agotado que están junto a las centrales y que preservan el riesgo por 240.000 años. Esa amenaza, se multiplicará al prolongar la vida útil de Embalse, dijo.

Las autoridades aseguran que para la extensión se harán estudios sísmicos en Embalse, pero Montenegro recordó que no es sólo esa la amenaza. También puede haber incidentes internos, atentados terroristas o accidentes aéreos sobre la central.

Funam denunció que los pobladores de Embalse y los vecinos de Atucha no están preparados para un siniestro. Los simulacros se hacen solo 10 kilómetros a la redonda, pero en caso de un accidente la radiación puede llegar a 500 kilómetros, alertó.

"No preparan a la gente para no hacer olas, pero el riesgo existe y es aterrador", advirtió. Solo en Rosario, dijo, una ciudad muy poblada de la provincia de Santa Fe, el riesgo es múltiple porque está al alcance de Embalse y de Atucha que se apresta a ser un parque atómico, como el de Fukushima. (FIN/2011)